Rojo sol, que
con hacha luminosa
cobras el
purpúreo y alto cielo,
¿hallaste tal
belleza en todo el suelo,
que iguale a mi
serena Luz dichosa?
Aura süave,
blanda y amorosa,
que nos halagas
con tu fresco vuelo,
¿cuando se cubre
del dorado velo
mi Luz, tocaste
trenza más hermosa?
Luna, honor de
la noche, ilustre coro
de las errantes
lumbres y fijadas,
¿consideraste
tales dos estrellas?
Sol puro, Aura,
Luna, llamas de oro,
¿oíste vos mis
penas nunca usadas?
¿Viste Luz más
ingrata a mis querellas?
Imagen: Anton
Raphael Mengs, Apolo como personificación del mediodía.
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