martes, 26 de agosto de 2014

EDNA ST. VINCENT MILLAY







Mundo de Dios



¡No te ciño bastante en mis brazos, oh mundo!
¡Oh, tus vientos, tus anchos cielos grises!
¡Tus nieblas que se alargan y se esfuman!
¡Tus bosques, este día otoñal, que, sufriendo,
se comban, gritan casi de dolor! ¡Si aquel risco
estrechase! ¡Si alzara la roca fina y negra!
¡No te ciño bastante en mis brazos, oh mundo!

Siempre supe la gloria que en todo brilla, pero
esto no supe nunca;
tal pasión hay aquí, que me parece
ir creciendo. Señor, temo que al mundo
exceso de hermosura diste hogaño.
Se me va casi el alma. No, no dejes
caer hojas ardientes; te lo ruego, no dejes que cante ningún pájaro.




Traducción de Mariá Manent.


Imagen: Diego Rivera, Niña con Alcatraces 1941.



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