Poema en un hospital
Amargura de piedra y
ásperas caricias
de arena nos
formaron; bajo el frío del cierzo,
calcinada armadura
nos ceñimos. Llegados
aquí, nos maravilla
la ternura que brindan
la nieve y las
gencianas en el yermo.
Oh, es gris el
sufrimiento y encarnada la sangre:
tus colores, hermana,
tú que llevas la rosa,
la sangrante belleza,
como una herida en medio
de tus hombros
vestidos de gris, y familiares
ya nos son esas
cosas, enhebrados en ellas.
Lejos de lo monótono,
lavan tus manos límpidas
nuestro hediondo
cuerpo, y dejan a la angustia
sin voz, en el oasis
de tu dulzura. Pronto
pasará tu blancura,
la frescura suave,
extraña... Solo duran
las rocas y la arena.
Traducción de Mariá
Manent.
Imagen: Vicent van Gogh,
El Hospital de Arles,18891.
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