martes, 18 de junio de 2013

FRANCISCO DE RIOJA





A la fugacidad del tiempo

Como se van las aguas de este río
para nunca volver, así los años,
y sólo dejan infalibles daños
que reparar no puede el voto mío.

Fundamos esperanzas al estío
desde el invbierno, ¡oh, ciego error!, ¡oh, engaños!,
y nos huyen los tiempos por extraños
modos, y huye el floreciente brío.

La dulce atrocidad de aquellos ojos,
ante quien ya perdí color y aliento,
tras sí la lleva a más andar el día.

Vive tú a la opinión, de honor sediento,
que yo al ocio plebeyo viviría,
si apenas hay de lo que fui despojos.

Imagen: Elmar Kits, Rapids in Karelia.

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