No hallo ninguna
piedra que arrojar
a este lago. Es
cierto que de noche
es más difícil
buscarlas en la playa
pero casi todo el día
transcurre en pesca y
diversión:
y sólo ahora estoy en
calma.
Por eso, al fin, es
bello hacer brotar
aros líquidos, en la
oscuridad
verlos desaparecer
templando
en silencio su ritmo:
imaginar la lenta
caída
de la piedra en el
fondo
hasta depositarse
entre las algas
como una hoja, o como
una palabra
abandonada en el
agua.
Traducción de
Guillermo Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario