Terreno
El alma es una región sin fronteras definidas:
no es seguro
que una pradera
pueda abarcarla
o que una
cordillera pueda contenerla:
flota por sí misma como la masa continental,
que cuanta
más altura alcanza
más profundamente extiende sus cimientos
(de modo
proporcional):
no todo se da de la misma manera: hay ramificaciones:
sistemas
fluviales como sombras de árboles invernales
contra las colinas: ramas, paseos, altos lagos:
pantanos
plagados de lirios:
su clima es variable: inundaciones
destruyen su
interior, alteran
la distribución del peso, la naturaleza del contenido;
por él se
desplazan los remolinos
o giran quietos como formas aisladas: viene la luna:
hay espacios
muertos: ciénagas, surgidas
de sí mismas, del crecimiento de la destrucción
del
crecimiento,
cambio de papeles,
el álamo y el
roble invadidos por la turba: piedras
semipreciosas y preciosos metales se asientan en el lodo:
es un área de equilibrio, de veras, estabilizada,
oscura agua
salvaje, feroces anguilas, contracorrientes:
un hábitat, la ecología precisa de las formas
hasta cierto
grado tolerantes
entre sí, no son del todo autodestructivas: una corteza a
flote:
escoria,
espuma de lo profundo y naturaleza diversa:
pero más hondo que la profundidad, y también: torbellino
y vacío:
puede ser esférico, luz y conocimiento apenas
iris y pupila
abriéndose
a los oscuros métodos de la vista: vaivén,
rupturas y cicatrices,
remolinos y quietud: viene la luna: terreno.
Traducción: Jeannette L. Clariond.
Imagen: Thomas Cole, El cáliz de los titanes, 1833.
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