domingo, 30 de marzo de 2014

DAVID LÓPEZ SANDOVAL








Deus otiosus

Imposible resulta estremecerse
hoy ante la barbarie, demasiado
lejos de mí sucede la noticia.
A miles de kilómetros la muerte
nunca es trágica sino insustancial
reducto de la culpa, pues en eso
parece consistir saberse vivo.
Que mueran, que se maten unos a otros
si es eso lo que ambicionan; los demás,
espectadores, hombres informados,
padezcan el hedor y continúen
tomando algún partido, que yo ahora
complacencia, no amor ni tampoco odio,
conmigo mismo siento, como un dios
que, retirado, viese en muerte y vida
dos atributos más de su molicie.



Imagen: George Grosz, Metrópolis, 1916-1917.


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