lunes, 3 de marzo de 2014

SALVATORE QUASIMODO








La noche de invierno



Y otra vez la noche de invierno
y la torre de la aldea sombría con sus ruidos,
y las nieblas que sumergen el río,
y los helechos, las espinas. Oh, compañero,
has perdido el corazón: la llanura
ya no tiene espacio para nosotros.
Aquí, en silencio, lloras a tu tierra:
y muerdes el pañuelo de color
con tus dientes de lobo:
no despiertes al niño que duerme a tu lado
con los pies desnudos metidos en un pozo.
Que nadie nos recuerde a nuestra madre,
que nadie nos cuente el sueño del hogar.





Traducción de Gianni Siccardi.

Imagen: Enrique Pérez Tudela, Llanura nevada (Estudio en grises), 2008.



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