miércoles, 19 de marzo de 2014

MARK STRAND








Luna  


Abre el libro del atardecer en la página
donde la luna, siempre la luna, aparece

entre dos nubes moviéndose tan lentamente como si 
pasaran horas antes de que llegues a la página siguiente

donde la luna, ahora más brillante, te baja un camino
para llevarte más lejos de lo conocido

 hacia esos lugares donde lo que has deseado sucede,
su nombre solitario como una frase suspendida

al borde del sentido, esperando que digas su nombre
de nuevo mientras levantas los ojos de la página

 y cierras el libro, todavía sintiendo lo que
es vivir en esa luz, ese súbito paraíso de sonido.




Traducción de Juan Carlos Galeano.


Imagen: Grabado de Louis Coquin para el libro La Dioptrique Oculaire del Padre Chérubin d'Orléans, 1671.



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