jueves, 13 de marzo de 2014

HENRIQUETA LISBOA








Restauradora



La muerte es limpia.
Cruel pero limpia.

Con sus delantales de lino
– criada – friega los vidrios.
Tiene puños ágiles y esponjas.
Abre las ventanas, el aire se precipita,
inaugural, dentro de las salas.
Había huellas digitales en los muebles,
motas de polvo en la rendija de las cerraduras.

Pero todo volvió a ser como antes de la carne
y su desorden.




Versión  Gerardo Gambolini.

Imagen: Henrik Aarrestad Uldalen, sin título. 



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