Dios se desnuda en la lluvia
como una caricia
innumerable.
Cantan los pájaros entre la
lluvia.
Las plantas bailan de
alegría mojada.
La tierra
como una hembra
se disuelve en los dedos
penetrantes
con una palidez de mil ojos
desmayados.
Camino bajo la lluvia, todo
mojado, cantando,
hacia mirajes que huyen en
un rumoroso sueño.
¡Lluvia, lluvia!
Desnudez del dios
primaveral,
que baja danzando, danzando,
a fecundar la amada
toda abierta de espera,
quebrada ya de ardor
amarillo y largo.
Imagen: Stas Orlovski,
Storm, 2007.
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