En una tarde de
desengaño y pena
Soledad, soledad
late en mis venas.
Hay un cielo
vacío, indiferente,
y es una
ausencia el río y sus arenas
que dora el sol
lejano del poniente.
Todo está solo:
el corazón y el viento
a la deriva van
por la alameda.
Yo me siento
vacío, sólo siento
la ausencia
enorme que en mis venas queda.
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