miércoles, 22 de octubre de 2014

KATHLEEN RAINE








Luz en el agua brillante



Miríada instantáneas gotas de lluvia aterrizando en una corriente
que sin quiebro hacia abajo se ha deslizado y sigue
desde que este paraje familiar un día fue mi casa,
cada una al aterrizar destella el fulgor del sol y se desvanece
y otra, otra, y otra viene a mi encuentro,
ángel tras ángel tras ángel, su punto danzante
siempre aquí y ahora,
la misma brillante innumerable compañía que llega
de nuevo el presente absolviendo siempre del fluir del tiempo.
Anciana sé ahora
¡Cuántas, cuántas, cuántas epifanías de luz!



Versión de Clara Janés.


Imagen: Frits Thaulow, A Quimperle, 1892.




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