domingo, 21 de diciembre de 2014

ALAIN BOSQUET








Acuérdate de ti





   ¡Oh, acuérdate de ti!
    En un jardín cogías algunas fábulas.
    Unas personas muy justas
    hablaban del mundo y de su caída.
    Tú te decías: "¿Tiene usted un sobrenombre?",
    y te contestabas: "Me llamo
    joya ahogada, fruta que se niega a abrirse,
    infanta sin castillo".
    Te cogías de tu mano para no estar sola
    entre las flores de aprendizaje.
    La época era núbil.
    Si esta tarde pasaras
    ante la adolescente que fuiste,
    ¿te atreverías a reconocerte
    y a invitarte a tomar el suspiro?
    No tienes que acordarte de ti.




Imagen: Pintura de Francine Van Hove.





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