miércoles, 10 de diciembre de 2014

EMILIO PRADOS











Invitación a la muerte






Ven, méteme mano
por la honda vena oscura de mi carne.
Dentro, se cuajará tu brazo
con mi sombra;
se hará piedra de noche,
seca raíz de sangre...

Coagulada la fuente de mi pecho,
para pedir ayuda
subirá a mi garganta.

¡Niégasela si es vida!
¡Clávame más tu brazo!...
¡Crúzamelo!
¡Atraviésame!

Aunque me cueste el árbol de mi cuerpo,
condúceme a ti, muerte.




Imagen: Agostino Arrivabene, Bianco braccio.





 

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