Todavía
imaginas que evito tu presencia,
pero
sigo tus pasos en un andar sin rumbo,
persiguiendo
una sombra que nada entre los días,
ocultando
tu rostro a la lumbre de mi alma.
Y no
piensas siquiera que esta tardanza tuya
marchita
el corazón que mis manos te ofrecen.
Si
por mí preguntaran, quisiera que me hallasen
de
continuo a tu lado, cuando extiende la luna
su
sombrío secreto y cuando lo imposible
se
hace más imposible.
¿Me
creerás si digo
que
ahora las palabras se agolpan en mis labios?:
Destino,
rosaleda, navío, muerte, llama,
placer,
contento, risa, cuánto dolor, tristeza,
ángeles
que dibujan caminos en enero,
sirenas
en los mares del cielo que anhelamos…
¿Son
palabras, son lágrimas de aquellos que no lloran?
Imagen: Leonid Tishkov, Private moon.
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