El desdichado
No tenemos sino este
planeta
hermoso y triste.
No tenemos sino esta
única vida
hermosa y triste.
No tenemos sino este
corazón
que recorre un
fantasma a veces transparente,
otras veces
siniestro. Y esta punzada de la música.
Y este sorbo de vino
soñador.
No tenemos sino este
pan terrestre,
infernal o celeste de
amar y de esperar
o morir...
Yo no tenía sino una
campana
que llama y llama
ahora para nadie
y la llave que abría
aquella hermosa puerta
que ya no existe.
No tenemos sino eso:
es decir nada.
Mejor dicho: no tengo
nada. Y punto.
Si tocas las palabras
anteriores
te quedará la mano
ensangrentada.
Imagen: Zdzislaw Beksinski
No hay comentarios:
Publicar un comentario