Tráeme el girasol
Tráeme el girasol
para que lo trasplante
en mi árido terreno
y muestre todo el día
al azul espejeante
del cielo
la ansiedad de tu
rostro
amarillento.
Tienden a la claridad
las cosas oscuras,
se agotan los cuerpos
en un fluir
de tintas o de
músicas. Desaparecer
es, entonces, la
dicha de las dichas.
Tráeme tú la planta
que conduce
a donde crecen rubias
transparencias
y se evapora la vida
como esencia.
Tráeme el girasol de
enloquecidas luces.
Traducción de Hugo
Gutiérrez Vega
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