Cuervos
Vi esa mezcla extraña de fragilidad
y de débil fuerza en el ala rota,
y el azul flotando bajo la superficie
de sus alas —a veces la carne es un espejo
pero lo que se refleja nunca es este mundo.
No había nada interesante en la playa
excepto este cuerpo: Mientras me alejaba
descendieron desde los árboles —después del primero,
en avalancha—se detuvieron chillando
en círculo alrededor de su compañero muerto.
Permanecieron allí hasta que subió la marea,
levantó ese cuerpo roto sobre la orilla, le dio vuelta,
lo sacó a flote —mostrando la negrura revuelta,
desapareciendo después, en cada oleaje.
Lo único que hicieron fue esperar ahí. Vigilantes.
Eso es todo. A veces este mundo
es apenas un paraíso.
Versión de Silvia Camerotto.
Imagen: Andrea Kowch, Los mirlos se están reuniendo.
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