Bienvenido, olvido
extranjero
Bienvenido, olvido
extranjero. No tengas
miedo de expandir tu
negro vacío a mi alrededor,
la magnificación de
la oscuridad por detrás
de mis ojos. La vida
que sostuve como un espejo
para recordar una
verdad inventada,
precisa en proporción
al tamaño del marco,
se rompió
e hizo trizas y cada
astilla corta los bordes
de mi boca. Así te
doy la bienvenida, buena
muerte, tu nombre, mi
última palabra
de sangre, tu
anonimato un cumplimiento.
Versión de Tom Maver.
Imagen: Agostino
Arrivabene, Secondo martirio di San Sebastiano, 2011.
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