El teléfono
Sueño que me
despierto
porque oigo el
teléfono.
Sueño la seguridad
de que me llama un
muerto.
Sueño que estiro la
mano
para alcanzar el
teléfono.
Pero ese teléfono,
distinto al que era,
se ha vuelto pesado,
como si se agarrara a
algo,
como si se clavara en
algo,
como si sus raíces se
enredaran con algo.
Tendría que
arrancarlo
junto con toda la
Tierra.
Sueño mi forcejeo
inútil.
Sueño con el silencio,
porque ya no suena.
Sueño que me duermo
y despierto de nuevo.
Traducción de Abel A.
Murcia Soriano
Imagen: Antonio López
García, El teléfono, 1963.
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