Autobiografía
Como
el náufrago metódico que contase las olas
que
faltan para morir,
y
las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores,
hasta la última,
hasta
aquella que tiene la estatura de un niño
y le
besa y le cubre la frente,
así
he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo
de cartón en el baño,
sabiendo
que jamás me he equivocado en nada,
sino
en las cosas que yo más quería.