jueves, 26 de junio de 2014

LAURA CAMPMANY







Soneto




En un soneto cabe cualquier cosa:
la tarde del revés, la golondrina
que asoló con sus alas mi oficina,
y el humo, convertido en mariposa.

Le cabe la certeza luminosa
del rayo que ni cesa ni fulmina.
Le cabe la soberbia gongorina
que urdió en la noche el nombre de la rosa.

Si abarcará universos literales,
campos, espigas, lunas, mares, montes,
que, por caber, le caben catedrales

y lirios que resumen horizontes.
¿Y dices que no cabe el amor nuestro?
Si me das un papel, te lo demuestro.



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