Nombre y olvido
Lo que nadie
recuerda, ¿ha muerto? Acaso vive
recogido en sí
mismo la vida más perfecta.
Fuera del tiempo
lo llevó el olvido.
Ayer, hoy ni mañana
huellan su ser y eterno
vive en fiel
estación de melancolía.
Un nombre, a
veces, como rama de olivo
en el pico cruel
del pájaro del tiempo
sobre las
quietas aguas es llevado.
Un soplo
testimonia al huir de los labios
que la rosa y el
hombre vivieron otros días.
Luego el nombre
se olvida y la tierra recoge
la tierra, el
aire vuelve al seno del espacio;
la fuente
vierte, pura, su concha en el Océano
y la palabra
como perla silenciosa
se duerme para
siempre en el fondo del mar.
Amaneceres,
mediodías, tardes,
noches,
amaneceres, mediodías,
la ronda
plateada
la rueda
inexorable, la distancia,
ayer y hoy
confunden sin sentido.
Lo futuro es un
ocio. El corazón tan torpe
en lo que aún no
existe se desborda y espera,
pero lo que ha
vivido es lo único que vive.
Recogido en sí
mismo se besa en su solsticio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario