Cara a cara
En febrero la
vida se había detenido.
Alos pájaros no
le gustaba volar y el alma
se hería en el
paisaje como una barca
que se golpea
contra el embarcadero al que está amarrada.
Los árboles me
daban la espalda.
La hondura de la
nieve solo encontraba pajas muertas.
Envejecían las
huella en la nieve escarchada.
Bajo una lona
languidecían las conversaciones.
Un día vino algo
a la ventana.
El trabajo se
paró y miré hacia arriba.
Ardían los
colores. Todo giraba.
La tierra y yo
dimos un salto, encontrándonos.
Traducción de
Justo Jorge Padrón.
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