Al nuevo día
¡Otra vez
Dios!... De nuevo la mañana.
De nuevo su
pureza conseguida.
De nuevo en mi
tarea, la encendida
propuesta de una
estrofa soberana.
Florece el
corazón. Cunde la sana
canción de lo
que nace. Todo olvida.
La luz cae sobre
el alma esclarecida
y el alma la
acrecienta en su campana.
Naciendo está el
amor, ¡oh dulce instante!
Posible es la
bondad, Dios es posible...
La muerte y el
dolor, mudos despojos.
Hay un silencio
nuevo. Una fragante
promesa de
ventura preferible...
Sólo recuerdo el
valle de tus ojos.
Imagen: Jacq
Christiaan, Landscape with tree.
No hay comentarios:
Publicar un comentario