El ícaro
Por mares de
esplendor navegas luces
con blandos remos,
Ícaro atrevido,
a perderte en el sol
vas, mariposa;
mas una ola furiosa
te despeña,
encendido,
penacho, destrozado
por las nubes,
porque al dorado
océano te subes;
y en veloz precipicio
vuelves luego,
y con alas de fuego
pretendes en el
húmedo elemento
los vientos de
cristal volar sediento;
pero dan las espumas
blanco sepulcro a tus
flamantes plumas.
Imagen: Grabado de
Hendrick Goltzius, Ikarus.
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