Casi una fantasía
Amanece de nuevo, lo
presiento
por el albor de vieja
plata en las paredes:
las ventanas cerradas
se vetean de un tenue resplandor.
Vuelve el
advenimiento del sol
pero sin las difusas
voces,
los acostumbrados
estrépitos.
¿Por qué? Pienso en
un día encantado
y de las justas de
horas demasiado iguales
me resarzo.
Desbordará la fuerza
que me inflamaba,
inconsciente mago,
desde largo tiempo.
Ahora me asomaré,
destruiré altas casas,
despojos viales.
Tendré ante mí un
lugar de limpia nieve
mas tan ligero como
el paisaje de un tapiz.
Resbalará un destello
lento
entre el algodón del
cielo.
Selvas y colinas
llenas de invisible luz
me harán el elogio de
los festivos retornos.
Alegre leeré sobre el
blanco
los negros signos de
las ramas
como un esencial
alfabeto.
Todo el pasado de
repente aparecerá delante.
No turbará sonido
alguno esta alegría solitaria.
Cruzará el aire
posándose sobre una estaca
algún gallito de
Marzo.
Versión de F.Ferrer
Lerin
Imagen: Adolf von
Menzel, Vista desde una ventana en el Marienstrasse, 1867.
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