La realidad y el
deseo
A Luis Cernuda
La realidad, sí, la
realidad,
ese relámpago de lo
invisible
que revela en
nosotros la soledad de Dios.
Es este cielo que
huye.
Es este territorio
engalanado por las burbujas de la muerte.
Es esta larga mesa a
la deriva
donde los comensales
persisten ataviados por el prestigio de no estar.
A cada cual su copa
para medir el vino
que se acaba donde empieza la sed.
A cada cual su plato
para encerrar el
hambre que se extingue sin saciarse jamás.
Y cada dos la
división del pan:
el milagro al revés,
la comunión tan sólo en lo imposible.
Y en medio del amor,
entre uno y otro
cuerpo la caída,
algo que se asemeja
al latido sombrío de unas alas que vuelven desde la
eternidad,
al pulso del adiós
debajo de la tierra.
La realidad, sí, la
realidad:
un sello de clausura
sobre todas las puertas del deseo.
Imagen: Shigeru
Yamamoto, Puerta cerrada en centro de Lima, 2010.
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