Invocación
Devuélveme mi lengua,
déjame hablar la
lengua que me enseñaste.
Diré las grandes
mentiras en tu honor,
alabándote sin
nombrarte,
obedeciendo las leyes
de la oscuridad y de la métrica.
¡Sólo déjame hablar
mi lengua
en tu alabanza,
silencio de los valles,
ribera norte de los
ríos,
tercera cara esquiva,
vacío!
Déjame hablar la
lengua materna
y cantaré tan fuerte
que
las recién casadas y
las viejas
bailarán al ritmo de
mi canto
y las ovejas cesarán
de pastar y las
máquinas se reunirán
para oír
en ciudades silentes
como un anillo de
piedras erguidas:
¡Oh, déjame tumbar
las paredes cantando, Madre!
Imagen: John Martin,
el gran día de la ira, 1851.
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