Y sin embargo sé que
son tinieblas
Y sin embargo sé que
son tinieblas
las luces del hogar a
que me aferro,
me agarro a una
mampara, a un hondo hierro
y sin embargo sé que
son tinieblas.
Porque he visto una
playa que no olvido,
la mano de mi madre,
el interior de un coche,
comprendo los
sentidos de la noche,
porque he visto una
playa que no olvido.
Cuando de pronto el
mundo da ese acento
distinto, cobra una
intimidad exterior que sorprendo,
se oculta sin callar,
sin hablar se revela,
comprendo que es el
corazón extinto
de esos días
manchados de temblor venidero
la razón de mi paso
por la tierra.
Imagen: Vilhelm Hammershøi, Joven mujer vista desde
atrás, 1903-04.
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