A
las ruinas de un pensamiento
Después
de ser Numancia destruida
no
volvió más a su primer estado,
ni
la infelice Troya se ha poblado
después
que fue en cenizas convertida.
No
quedó de Cartago la temida
fuerza
que a todo el mundo ha sujetado,
ni
al valor de Sagunto derribado
su
grandeza le fue restituida.
Ninguna
de estas fue reedificada,
porque
tan grave mal fuese el postrero
de
quien pudiese ser atormentada:
Mas
esta Babilonia donde muero,
después
de ser mil veces derribada
otras tantas ha vuelto al ser primero.
Imagen: Arnold Böcklin, Ruinas junto al mar.
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