lunes, 9 de septiembre de 2013

GASPAR DE AGUILAR






A las ruinas de un pensamiento

Después de ser Numancia destruida
no volvió más a su primer estado,
ni la infelice Troya se ha poblado
después que fue en cenizas convertida.

No quedó de Cartago la temida
fuerza que a todo el mundo ha sujetado,
ni al valor de Sagunto derribado
su grandeza le fue restituida.

Ninguna de estas fue reedificada,
porque tan grave mal fuese el postrero
de quien pudiese ser atormentada:

Mas esta Babilonia donde muero,
después de ser mil veces derribada
otras tantas ha vuelto al ser primero.

Imagen: Arnold Böcklin, Ruinas junto al mar. 

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