A través de la noche
A la una la montaña
se llenó de gritos
de mujeres distantes,
gritos
que bañaron las
laderas
con un timbre acre.
A las dos, quince
perros aullaron al unísono
creí que iba a
temblar la tierra
cuestión de
decibeles.
A la tres se
encendieron las luces de la casa
pero no era brujería
simplemente volvió la
electricidad
tan austera en estas
alturas.
A las cuatro volví a
despertar
o volví a soñar, no
estoy seguro
porque tenía un
agujero negro en el pecho.
De cinco a seis te
tuve muy presente
hasta que el alba
me devolvió la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario