viernes, 24 de enero de 2014

KATHLEEN RAINE







Pensaba escribir un poema distinto



Pensaba escribir un poema distinto,
pero al detenerme un momento en el jardín lleno de maleza,
capté de pronto el paraíso descendiendo en el sol de la mañana
que se filtraba por las hojas,
iluminando el parco suelo londinense, tocando con verde
transparencia las células de la vida.
El mirlo bajó de un salto, el petirrojo y el gorrión acudieron
y el zorzal, cuyo nido se esconde
por ahí, estará, sin duda, entre los edificios invasores
cuyos muros se aproximan,
mas para los pájaros del jardín, desde una manguera,
inagotables aguas vivas llenan un pilón de piedra.
Pienso que pronto será hora
de volver a casa, a las labores del día.
Pero aquí el tiempo no va ni viene.
Los pájaros no huyen a toda prisa, su día
no empieza ni acaba.
¿Por qué no puedo quedarme? Por qué dejar
el aquí, donde es siempre,
 el tiempo sólo nos conduce lejos
de este oculto siempre-presente sencillo lugar.




Imagen: Paul Klee, Bird Garden, 1924.





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