Dragones
a mi hija Carlota
No olvidaré la aljaba
bien nutrida
ni el yelmo que
brillara con la luz
primera de la tarde.
Sentiré
que la sangre ha
encarnado una vez más
mis mejillas. Y
cuando las pisadas
consiga descifrar en
la floresta
y llegue a donde
pulen sus escamas
los últimos dragones,
pensaré
en ti y desearé que
estés conmigo
por que adviertas que
puedo todavía
cazarte uno cada
madrugada.
Imagen: Attemme,
Trough the canyon, 2013.
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