sábado, 25 de enero de 2014

HARRY MARTISON








La mejor solución


La resignación se encarga de arreglar casi todo:
poco a poco se forma una suave costumbre del dolor.
Eso acontece sin protestas y sin vivas.

Uno se esfuerza hacia arriba
y se acostumbra hacia abajo.

No son las revoluciones, sino las resignaciones
las que han permitido al hombre que viva,
si es que en realidad ha vivido.
Nadie, sin embargo, ha sobrevivido.

Es posible arreglar las jubilaciones,
pero las resignaciones se arreglan sin nadie.
Alivian poco a poco y sin cesar todas las instituciones
de las obligaciones y de las opiniones.
Y el ocaso, sonríe.




Traducción de Octavio Paz.

Imagen: Paula Cabrera, Horizonte 3, 2012.




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