Día de otoño
Señor, ya es hora. Fue muy largo el verano.
Tiende tu sombra en los relojes de sol
y deja suelto el viento por las campiñas.
Manda madurar a los últimos frutos,
tráeles del sur dos días más de tibieza,
llévalos a la plena sazón y dale
al recio vino la dulzura final.
Quien no tiene casa ya nunca la hará.
Quien está solo, lo estará mucho tiempo;
en vela, leerá y escribirá sin pausa,
errante vagará por las avenidas,
inquieto, igual que vagan las hojas secas.
Imagen: Vincent Van
Gogh, Alameda a la puesta de sol, 1884.
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