Este poema dura
sólo esto,
lo que tardas en
leerlo:
la próxima vez
que lo leas
será otro
porque tú serás
otro
y, por supuesto,
será completamente diferente
cuando lo lea
otra persona.
Existe sólo en
el instante
de tu estado de
ánimo,
que has
construido
con lo que has
encontrado dentro de ti.
Obra fugaz
como una hoja de
papel
que discurre por
las aguas
cambiando
siempre de dirección,
sin que tenga
ninguna importancia
la persona que
allí puso la hoja
y si escribió
algo en ella.
Traducción de
Rafael Pisot y Juan Vicente Piqueras.
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