martes, 18 de noviembre de 2014

ANA BLANDIANA







Este poema dura sólo esto,
lo que tardas en leerlo:
la próxima vez que lo leas
será otro
porque tú serás otro
y, por supuesto, será completamente diferente
cuando lo lea otra persona.

Existe sólo en el instante
de tu estado de ánimo,
que has construido
con lo que has encontrado dentro de ti.

Obra fugaz
como una hoja de papel
que discurre por las aguas
cambiando siempre de dirección,
sin que tenga ninguna importancia
la persona que allí puso la hoja
y si escribió algo en ella.




Traducción de Rafael Pisot y Juan Vicente Piqueras.






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