La cabeza del poeta
Corté mi cabeza
la puse en un plato
y la llevé a mi médico
—No tiene nada, me dijo
está simplemente afiebrada
arrójela al río y veremos
la arrojé al río junto a las
ranas
entonces se movió cielo y
tierra
comenzaron unos cantos
extraños
a crujir y aullar
terriblemente
la recogí y volví a ponerla
en mi cuello
vagaba enajenado por las
calles
con una cabeza de poeta
verde y hexagonal.
Traducción de Horacio
Castillo.
Imagen: Lucas Cranach, Salomé
con la cabeza de S. Juan Bautista,1530.
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