Lluvia hacia la mañana
La gran jaula de luz se ha
roto en el aire,
liberando, creo, cerca de un
millón de pájaros
cuyas salvajes sombras en
ascenso no regresarán,
y todos los cables vienen
cayendo.
Sin jaula, sin pájaros que
espanten; la lluvia
se abrillanta ahora. Es
pálida la cara
que probó el rompecabezas de
su prisión
y lo resolvió con un beso
inesperado,
cuyas pecosas manos, sin
sospechar, plantaron.
Traducción: G. A. Chaves.
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