El remordimiento
He cometido el peor de los
pecados
que un hombre puede cometer.
No he sido
feliz. Que los glaciares del
olvido
me arrastren y me pierdan,
despiadados.
Mis padres me engendraron
para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el
aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.
Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi
mente
se aplicó las simétricas
porfías
del arte, que entreteje
naderías.
Me legaron valor. No fui
valiente.
No me abandona. Siempre está
a mi lado
la sombra de haber sido un
desdichado.
Imagen: Jan Ekels el Joven, Writer Trimming His Pen, 1784.
No hay comentarios:
Publicar un comentario