Fin del verano
Una agitación del aire,
una perturbación de la luz
me advirtieron que esa noche
el no amado año giraría
sobre sus goznes.
Me puse de pie en la
desencantada campiña
entre el rastrojo y las
piedras,
atónito mientras que un
gusanillo
me balbuceaba la canción
medular de mis huesos.
El azul deslizóse por el
azul del verano,
un halcón desprendióse desde
sus torres sin nubes,
el techo del silo inflamóse,
y supe
que una parte de mi vida
había concluido.
Ya la puerta de hierro del
norte
resuena al abrirse: pájaros,
hojas, nieves
ordenan a las poblaciones ir
adelante,
y un viento cruel sopla.
Traducción de Alberto Girri.
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