domingo, 6 de octubre de 2013

AURORA LUQUE





Nota a Emily Dickinson


Tú también habitaste en el Planeta
de aquellas Lentitudes,
hospes comesque, alma
nómada mía,
cuando eran las palabras
frescas como cerezas y duraznos
en la penumbra
y la Hora del Mundo
una fragante pulpa penetrada.

Las palabras llegaron a tu lado
densas, plenas de sí,
con sus cuerpos atléticos,
con sus zapatos púrpura,
no palpadas, intactas,
en fervorosas cápsulas de luz.

A los demás nos queda, únicamente,
una nostalgia huérfana
del discurso de Orfeo. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario