Tormenta inminente
Ninguna señal queda
del verano,
ni siquiera de la luz
restan migajas,
pero aún no ha
llegado el desenlace:
quedan días de nubes
que se duelen
la curva
transparencia del silencio,
los pinos que caminan
por el monte
y la pluma de un
cuervo en el alféizar.
Ahora nos movemos
lentamente
para no tropezar con
la zozobra
mientras llega la
noche cabalgando
sobre oscuro corcel
enloquecido.
Mil trescientas
ventanas encendidas,
un faro en la colina
sobre el viento,
¿podrán servir de
guía al que se pierde?
Ni el árbol ni el
navío en los escollos
salvarán su tesoro
incalculable.
Imagen: John Falter, Spring
Storm Blowing In, 1952.
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