La luz se justifica
La luz, paloma
familiar, corriente vuelo,
ave palabra,
ligerísima espuma del sentido,
gerundia exactitud,
talón desnudo,
perfil preciso, mano
de cinco dedos,
anatomía irrevocable,
todo eso es la luz
bajo los biombos de la piel del hombre
que tiene un blanco
corazón de miga.
Y excluida del
hombre, blandiendo sus estambres,
sus antorchas
felices, su augusto panteísmo,
su triángulo de
espiga, de mazorca y de agua,
lustral, candeal, hermana
A, iniciadora y mansa,
Lama antigua, milenio
sobre milenio infusa,
la luz puede invadir
toda la sombra,
madurarla en canicie
poco a poco.
Imagen: Leon
Wyczólkowski, Primavera, 1933.
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