Si algo ligero...
Si algo ligero y
susurrante te rodea
como el esplendor de
las glicinas en este muro,
entonces es la hora
de este dolor
en el que no eres
rico ni te agotas,
ni como la flor ni
como la luz:
llegando en rayos,
transformándose,
actuando en torno a
formas similares
que entrelazan todo
en la única ebriedad,
ese único terciopelo
en el que descansa todo,
tan tranquilo e
intocado,
trazando las
fronteras, suspendiendo el tiempo,
y nada ocurre en ese
dolor.
Traducción de José Manuel Recillas
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