jueves, 24 de octubre de 2013

DELFINA ACOSTA






Costumbre perra

Si la hojarasca en niebla se convierte,
yo dejo la ventana y voy, amado,
en busca de tus sábanas. Me acuesto
con paños de mi fiebre a tu costado.
Qué amor tan taciturno es este sueño:
llegar ya tarde a noches de relámpagos,
ya tarde a los ocasos, no morirnos
cual árbol de oro viejo al pie de un astro.
Mi sueño es sólo un verso de crepúsculo,
un lobo de ojos tristes reclinado
sobre su herida pues perdió el bosque
y el viento en sus oídos es engaño.

Esta manera de quemarme el alma,
este morirme sin haber sangrado,
esta costumbre perra de quererte,
este quedarme entera a tu costado.


Imagen: Egon Schiele,  El abrazo (Amantes II).

No hay comentarios:

Publicar un comentario