viernes, 11 de octubre de 2013

ROSARIO BECERRA








La promesa

Cuando escuché tu voz en el mensaje
-¿cuánto hace que no escucho tus palabras?-
que grabado quedó por un descuido,
me asusté –lo confieso- cual si oyera
palabras que llegaran de ultratumba.
¿Y si fuese verdad que falleciste,
que usas tu poder para aterrarme?
Sabes muy bien que temo a los espectros
y sé que si vivieras callarías.
¿De veras estás muerto, eres cadáver?
Si así fuese utiliza como ahora
el teléfono e indícame tu tumba,
tal vez te lleve flores, tal vez rece
una breve oración por tu reposo.
Y si así lo deseas te prometo
acordarme de ti de vez en cuando.


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