jueves, 1 de agosto de 2013

ALONSO CANO URRETA








Octavas en desprecio del mundo

Quien bien consideró cómo pasaban
las aguas por el arco de la puente,
y cómo por allí jamás tornaban,
yendo para el mar con su corriente,
vio que así nuestras vidas caminaban,
a más andar, cual va el sol al poniente,
derechas al morir que es paradero
del hombre por la culpa del primero.

Allí pequeños, grandes y mayores,
llegados a la muerte son iguales,
pontífices, reyes y emperadores,
que fueron al nacer tan desiguales.
Oh vida breve llena de dolores,
de angustias, de miserias y de males,
donde todo se acaba en triste lloro
y es polvo y vil ceniza su tesoro.

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