viernes, 23 de agosto de 2013

PHILIP LARKIN





Viento huracanado

De pronto, nubes de nieve
comienzan a asaltar el aire,
cayendo, enmarañadas,
como la gruesa cabellera de una niña.

Algunos ven una parvada de cisnes,
otros, una flota de barcos
o una sábana que se va esparciendo,
pero la nieve toca mis labios

Y fuera de toda duda sé
que una niña, de pie, aguarda:
No aceptará amante alguno
hasta que me enrede en su cabello.

Traducción de Pura López Colomé.

Imagen: Fotograma de Los sueños de Akira Kurosawa, 1990.

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